Con la Navidad a la vuelta de la esquina, la Casa de Champagne Louis Roederer ofrece las indicaciones básicas necesarias para servir un champagne en óptimas condiciones y hacer que todos los comensales de la mesa disfruten de este delicioso espumoso.
A raíz de su amplia experiencia, el equipo de expertos de Louis Roederer desvela los trucos a tener en cuenta para poder dar a degustar semejante joya a los paladares más sibaritas:

  • A un buen champagne se le ha de mimar desde el principio, prestando especial cuidado y atención tanto en el transporte como en el almacenaje. En este sentido, es importante almacenarlo a una temperatura constante. Si no se dispone de bodega o cava electrónica, guardarlo en un sitio sin cambios drásticos de temperatura. Es un elemento esencial que podría estropear el producto.
  • Para servirlo, lo ideal es mantenerlo a una temperatura de 7º unas tres horas antes de abrir una botella. En caso de que no dispongamos de dicho tiempo, una buena alternativa es conservar el champagne en una bolsa con agua y hielo unos veinte minutos.
  • Una vez bien frío, llega el arte de descorcharlo. Manteniendo siempre un dedo sobre el tapón, se desenrosca el alambre pero no se quita. Esto es importante porque el alambre nos aporta sujeción e impide que el corcho resbale en la mano. Seguidamente, se inclina la botella unos 45º mientras se sujeta el corcho con la mano izquierda (si se es diestro) y se gira la botella con la mano derecha, siendo mucho más fácil de abrir de esta forma. No debe encararse el cuello de la botella hacia los invitados, sino que debe ser descorchada debidamente con discreción, sin golpes ni sonidos fuertes.
  • Es el momento de servirlo. Siempre se hará por el lado derecho del comensal, girando ligeramente la muñeca cuando se esté terminando de servir el champagne, para evitar que la botella gotee. Aunque lo cierto es que, en la mayoría de los hogares, se deja la botella en el centro de la mesa para que cada invitado se sirva la cantidad que desee.
  • Para mantener la temperatura deseada del champagne, la opción más acertada es contar con una cubitera. ¿Cómo debe prepararse? Lo más sencillo y correcto es llenarla con dos tercios de agua y añadir cubitos de hielo, dejando un margen de 10 centímetros hasta el borde. En el caso de que metamos una botella que venga de temperatura ambiente, podemos añadir un poco de sal a la cubitera para acelerar el proceso de enfriamiento. No es recomendable utilizar el congelador.
  • Por último, y como no podía ser de otra forma, es importante tener en cuenta también el aspecto estético. Del mismo modo que cuidamos la mantelería, decoración y todo el menaje para que nuestras mesas queden perfectas, la cubitera no debe ser menos. Pensando en ello, Louis Roederer ha diseñado para estas Navidades una elegante y especial cubitera decorada con un ribete dorado para su reconocido Louis Roederer Cristal.