Del creador de Bistro Bla, bistro de lo más canalla (Prim 13 de Madrid) Nacho Charrabe, llega ahora a la escena gastronómica madrileña Oh Bla Bla! (Génova, 28) en un espacio contiguo y comunicado con el clásico entre los clásicos Riofrio. La idea conceptual de Oh Bla Bla! tiene su origen en la India, donde el pasado verano su artífice estuvo inmerso en la disciplina ayurvédica que le ayudó a tomar consciencia del lema “somos lo que comemos”. A partir de ahí, decide apostar por lo sano y lo natural y demostrar al público madrileño más cosmopolita que “cuidarse no es incompatible con comer fuera de casa y pasárselo bien”. Una afirmación que ya es tendencia en EEUU, sobre todo, entre los californianos.
barra terraza
LOS PERSONAJES: NATURALES Y ECOLÓGICOS
Para importar a España este lifestyle, Nacho escribe un divertido guión para Oh Bla Bla!, fusionando la tradicional trattoria italiana, en las que sí se sirven pizzas de la mamma a diferencia de otras regiones del país, con un sushi bar inspirado en el afamado Tora Sushi de Osaka. Una historia diferente, a la que darán vida personajes, todos ellos naturales, ecológicos y de kilómetro 0. Así, para la elaboración de sus platos utilizan materias primas como masa de pizza 100% orgánica elaborada con trigo y levaduras de cultivo biodinámico, huevos de gallinas criadas en libertad en Cuenca, miel y mermeladas elaboradas de forma artesanal en Rumania por la Señora Guete en su propio huerto, pollos ecológicos de un pequeño productor francés, frutas de kilómetro 0 de la Frutería Aragón y  pescados del día, que el mismo Charrabe se encarga de comprar cada mañana en el mercado, asesorado por socio Antonio de Pescaderías Fernandovi.
tartar de salmon
Los personajes secundarios también son clave en esta historia. Por eso no se olvidan del pan de masa madre de Madre Hizo Pan, los tés de Sri Lanka como el White Tea que sólo puede ser recogido por mujeres con guantes blancos, el café 100% orgánico  arábico y los vinos naturales de Tom Rimbau, bodega catalana que embotella el vino en botellas de barro y las conserva en agua.
tarta celicioso
LA HISTORIA: ROMANCE DE LA COCINA ITALIANA Y JAPONESA
Una deliciosa historia entre la cocina tradicional italiana y japonesa basada en el lema “Mens (y Womens) Sana in Corpore Sano” que se plasma en una carta ilustrada con los míticos animales personificados de Jean Ignace Grandville, caricaturista del S.XVIII. En ella conviven en armonía pizzas como la de espinacas frescas y gambas al ajillo, pastas como los panzerotti de calabaza a la salvia orgánica, y platos “japo” como los conos de salmón envueltos en alga nori tostadas o el rollito de langostino en tempura. Propuestas que flirtean con platos procedentes de la cocina Inca (tabouleh de quinoa), la francesa (patatita Orson Wells con salmón marinado) y la española (Pepito de ternera con rúcula). En Oh Bla Bla! además sus espectadores disfrutarán de un final feliz y sin lágrimas gracias a sus tartas de “Celicioso” elaborados sin gluten y sin lactosa.
sushi
EL ESCENARIO: CAFETERÍA SUECA DE LOS AÑOS 50
La puesta es escena de esta película nos traslada a los años 50 gracias a sus grandes bancadas de sillones en verde botella, paneles ondulados de madera que cubren sus paredes, una cafetera réplica de la italiana Electra y una gran barra de cobre realizada por el estudio Lucas & Hernandez Gil que incorpora peldaños en su lateral, pensados para subir con facilidad a la misma en las noches más canallas, y sobre ella, una excepcional obra de la pintora Cristina Ybarra. Elementos decorativos que dan vida a un escenario funcional en el que se puede desde desayunar hasta tomarse las primeras (y últimas) copas de la noche y en la que siempre podremos ver en acción a su sushi man tras una gran barra de showcooking. Y por último, pero no menos importante, su terraza que abre en verano para quedarse este invierno, donde se podrá disfrutar del aire libre al calor de mantas y estufas.
sala 1
EL PÚBLICO: NEW BUSINESS, URBANITAS NOCTURNOS Y MODERNAS DE BRUNCH
Su oferta gastronómica, su puesta escena cosmopolita, su horario ininterrumpido y sus precios democráticos, puesto que “creemos en el lujo sin dinero y queremos acercar la cocina saludable a todo el mundo”. Estos son los elementos que lo convierten en un espacio idóneo tanto para el nuevo público business que huye de chaqueta y corbata, como para disfrutar de un brunch en familia o con amigas el fin de semana, como para una cena romántica en pareja o con los amigos más canallas. Un espacio en el que divertirse y cuidarse no son incompatibles.  
 
 
 

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