En unos días, Madrid estrena servicio municipal de bicicletas. Se sabe que serán eléctricas y que la mayor parte de los anclajes estarán en la almendra central de la ciudad. Hace tiempo que la bicicleta pedalea para consolidarse como un medio de transporte más en la capital y, con el nuevo servicio público, puede recibir el espaldarazo definitivo.
Pero las bicicletas no sólo sirven para ir de un sitio a otro de forma más sostenible y saludable, también son una excelente manera de conocer mejor la ciudad, descubrirla si eres un visitante, redescubrirla si no lo eres. Chus Blázquez, co-fundador de Rutas Pangea, pioneros en turismo en bicicleta en España y con más de 20 años de experiencia organizando rutas ciclistas por el mundo (y Madrid), sugiere algunos consejos para visitar tu propia ciudad.
1. Pensar la ruta
De la misma manera que haría si estuvieras visitando una ciudad extranjera, escoge previamente la ruta que quieres realizar en bicicleta. “Por regla general, los madrileños transitamos Madrid por sus grandes avenidas. Viajar en bicicleta nos permite ver otra cara, ya que es recomendable escoger siempre calles con menos tránsito de coches y evitar -salvo que merezca la pena su visita- las vías más grandes que son de subida. Hay miles de opciones como, por ejemplo, cruzar parques ¿hace cuánto que no paseas por un parque en tu ciudad?”, señala Chus Blázquez. “Es bueno recordar, además, que en fin de semana se puede meter la bicicleta en el Metro de Madrid, lo cual puede ser muy útil tanto a la ida como a la vuelta. No se trata de hacer el Tour de Francia por las calles de la ciudad, sino de disfrutarla pedaleando”.
2. Qué llevar
“Un paseo en bici por la ciudad es como un paseo a pie, no requiere de casi nada, aunque en la bicicleta unos guantes y unas gafas de sol siempre vendrán bien. El casco no es obligatorio en entornos urbanos, pero siempre es recomendable”, expone el responsable de Rutas Pangea. “Con todo, siempre que hacemos actividad física al aire libre conviene aplicarse protector solar y llevar agua pero aquí no se trata de coronar ningún puerto sino ver la ciudad de otra manera y en Madrid hay muchos sitios donde parar a ‘respostar’ con un poco de agua o un buen aperitivo”, añade.
3. Se puede mirar
“Esto es un paseo turístico, no una carrera. Aminora la marcha, para cuando algo te sorprenda, alza la vista y, si merece la pena, baja y acércate. Tan solo hay tener precaución para no entorpecer la marcha de vehículos, otras bicicletas y, sobre todo, peatones”, indica Blázquez.
4. Aparcar
Dejando a un lado los nuevos aparcamientos de la bicicleta pública, “no hay muchos aparcabicis aún en Madrid así que cuando, no encontramos unos, solemos usar mobiliario urbano, vallas y señales de tráfico. Es recomendable asegurarla la bici con una U, el tipo de antirrobo más conveniente para las bicicletas”, expone el co-fundador de Rutas Pangea.
5. Mejor acompañado
“Disfrutar de la ciudad a tu aire es muy gratificante pero. a veces, nos apetece que alguien nos cuente qué tenemos delante: la historia de un edificio o de una calle, anécdotas de vidas pasadas y presentes o detalles sobre la fauna y flora de la ciudad, que también hay. Por eso se inventaron los guías turísticos. En Pangea llevamos 20 años recorriendo la ciudad en bicicleta con muchos madrileños y también visitantes. Encima de la bici, se aprende, siempre hay alguna sorpresa y se conoce gente”, apunta Blázquez.
6. ¿Cómo perder el miedo a la bici en ciudad?
En Pangea lo tienen claro: “Pedalear, pedalear y pedalear. Probar a rodar por las calles de Madrid. Primero las más tranquilas y después el resto. Una buena medida es comenzar los domingos, con calles más tranquilas y menos coches para ir acostumbrándonos a rodar por la calzada”.
7. ¿Hay edad para esto?
Contesta Blázquez: Ni hay edad, ni género. Cualquiera puede hacerlo. La bicicleta es un ejercicio físico estupendo en el que podemos ir introduciéndonos poco a poco, aumentando progresivamente la distancia que recorremos y la intensidad de nuestra actividad”