Kulunka Teatro estrena la obra André y Dorine el 8 de enero en el Centro Cultural Fernán Gómez.
Una montaña rusa de risas y llantos que, sin una sola palabra y con el poder de la máscara, camina entre el drama y la comedia, entre la vida y la muerte, el amor y el olvido. Un espectáculo sin fronteras, que después de tres años de gira por todo el mundo –Colombia, Nepal, Argentina, Ecuador, Cuba, República Dominicana, Panamá, Rusia, Inglaterra, Finlandia, Noruega, Turquía– llega al teatro Fernán Gómez directamente desde China de la mano de Kulunka Teatro para conmover al público.
Los artífices de esta gran obra son Edu Cárcamo, Garbiñe Insausti y José Dault, quienes dirigidos por Iñaki Rikarte, se esconderán detrás de las máscaras para hablar del alzhéimer pero, sobre todo, de la superación, la lucha y el amor de pareja.

Desde que André y Dorine inició en octubre de 2010 su andadura en el Festival Internacional de Teatro de Manizales de Colombia, Kulunka Teatro ha cosechado importantes premios como el de La Mejor Dramaturgia en el Festival BE de Birmingham otorgado por el jurado y el Mejor Espectáculo votado por el público, así como el galardón concedido por la Unión Nacional de Artistas y Escritores Cubanos al Mejor Espectáculo Extranjero 2011 dentro de los Premios Villanueva del Festival Internacional de Teatro de la Habana. En ese mismo año, la obra quedó finalista del premio a Mejor Espectáculo en Gira que otorga de forma anual la Feria Internacional de teatro de Huesca.
La crítica se deshace en elogios frente a esta obra que ha recuperado de las antiguas tragedias griegas el poder del uso de la máscara para realizar teatro.
SINOPSIS
En un pequeño salón, el frenético tecleo de una máquina de escribir se enzarza a diario con las persistentes notas de un violonchelo. Son André y Dorine, una pareja de ancianos que, como tantas otras, ha caído en la desidia, olvidando lo que un día los unió. De las paredes cuelga el pasado, como único testimonio de lo que compartieron. Pero un acontecimiento irrumpirá en sus vidas, obligándoles a recordar lo que fueron. Una mirada al pasado que les ayudará a construir un nuevo presente, aunque tal vez demasiado tarde.