A partir del 20 de abril, el visitante del Museo del Prado podrá contemplar varias de las obras fundamentales de Miguel Blay, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento. Uno de los escultores más importantes del panorama artístico español, de finales del siglo XIX y comienzos del XX, se instala en las salas 60 y 47 del edificio Villanueva.
Su ideario artístico se resume en la cita que da título a la exposición, extraída del discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1910: “Solidez y belleza. He aquí, en dos vocablos, expresado todo el ideal que encierra el programa que ha de cumplir un escultor”.
Un total de 19 piezas que mostrarán sus diversas etapas creativas, fundamentalmente del Realismo, Modernismo y Simbolismo, y con las que buscó trasmitir, la serenidad y el equilibro de las emociones, la naturalidad y la belleza.
En la sala 60 el visitante podrá contemplar varias esculturas clave en la trayectoria escultórica como Niña desnuda y Miguelito, en mármol, y Al ideal, en escayola, que se enmarca en el movimiento simbolista. Junto a ellas se exponen siete dibujos de factura suelta y espontánea, y seis medallas y una plaqueta en las que demuestra su talento y el dominio del relieve. También se exhibe una agenda personal de 1902, un documento valioso para entender su carácter y forma de vida.
La sala 47 alberga el grupo escultórico Eclosión, obra con la que Blay obtuvo el máximo galardón que se concedía en los certámenes oficiales: la Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes y una de las obras más apreciadas entre todas las que configuran su trayectoria. Esta escultura, que representa una escena de íntima ternura, testimonia su aprendizaje en París aunque alejado de la explícita sensualidad y pasión características de Rodin.
Dónde: Paseo del Prado, s/n, 28014. Tel. 913 30 28 00
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