¿Pensando en una escapada al norte de España? Abando tiene sus raíces en la historia de Bilbao, remontándose a tiempos antiguos cuando la ciudad era un enclave comercial importante. Con el paso de los siglos, Abando se convirtió en el epicentro del desarrollo urbano y económico de Bilbao. Su nombre proviene del euskera «Abendu», que significa «mes de diciembre», en referencia a la antigua iglesia de San Antón, que celebraba sus fiestas en ese mes.
Hoy en día, Abando es conocido por su vibrante vida cultural, sus elegantes calles comerciales y su arquitectura impresionante. Desde la majestuosa estación de tren de Abando Indalecio Prieto hasta la icónica Plaza Moyúa, el barrio rebosa de actividad y vitalidad. Y es también una de las mejores zonas donde quedarse, por eso aquí atesoran los mejores apartamentos en Abando Bilbao.
Vivir en Abando significa estar cerca de los principales puntos de interés de Bilbao, como el Museo Guggenheim, el Casco Viejo y el Parque de Doña Casilda. Además, el barrio cuenta con una excelente oferta gastronómica, con numerosos bares y restaurantes donde disfrutar de la deliciosa cocina vasca.
El inicio de todo: de un pasado industrial a brillar como novedad
Los residentes más longevos de Bilbao tienen conocimiento de que Abando (o San Vicente de Abando), previamente al convertirse en el sexto distrito de Bilbao, fue en realidad una entidad independiente conocida como anteiglesia o municipio de la provincia de Vizcaya. Fue solo a finales del siglo XIX, durante los sucesivos ensanches de la próspera ciudad industrial, que Abando fue finalmente incorporado a Bilbao.
Con una población de alrededor de 50.000 habitantes distribuida entre los barrios de Abando e Indauchu, esta área solía ser el hogar de numerosas industrias relacionadas con la producción de hierro y acero. Sin embargo, el declive de la industria hacia finales de los años setenta llevó a un deterioro, uno que motivó el desarrollo del proyecto Bilbao Ría 2000, transformando las áreas degradadas en un distrito enfocado en el turismo, destacando el Museo Guggenheim, un icono levantado por el arquitecto Frank Ghery, como su emblema.
Descubriendo un barrio único
La Gran Vía Don Diego López de Haro, nombrada en honor al fundador de Bilbao que otorgó la Carta Puebla al territorio en 1300, es una amplia avenida que atraviesa el distrito de Abando, separando claramente sus dos barrios. A menudo llamada la «milla de oro» debido a la abundancia de tiendas de moda, se encuentran los Jardines de Albia, se trata de un lugar emblemático de Abando por ser el sitio donde se ubicaba la plaza principal de la antigua anteiglesia.
Desde aquí, se puede comenzar un recorrido por el distrito, explorando paso a paso cómo su pasado industrial y su presente cosmopolita coexisten en armonía a través de los diversos atractivos arquitectónicos que ofrece. Por su parte, la Plaza de Federico Moyua (o Plaza Elíptica, como la conocen los bilbaínos debido a su forma) es una parada obligatoria, no solo por sus hermosos jardines de estilo inglés y francés y su icónica fuente, sino también por ser el centro neurálgico del barrio.
Más allá, al oeste, se encuentra el Palacio Euskalduna, un centro de congresos que tiene sus raíces en los antiguos astilleros, al igual que el Museo Marítimo vecino, que ha sido un importante centro de actividad teatral, albergando tradicionalmente al Teatro Arriaga. En el corazón del barrio de Indauchu, se encuentra la Alhóndiga de Bilbao, un antiguo almacén de vinos y licores transformado en un vasto centro cultural, deportivo y de ocio. Y que en su azotea, alberga una de las piscinas más impresionantes del territorio, visible desde el paso inferior.
Y por supuesto, un icono que ha traspasado fronteras y que ha sido el catalizador de toda la revitalización de esta zona y la ría de Bilbao, Museo Guggenheim, uno de los tesoros culturales de España, construido entre 1993 y 1997 como parte del plan Bilbao Ría 2000. Su distintiva estructura de titanio, piedra caliza y vidrio enamora a los visitantes con sus tonos cambiantes según la luz y el clima. Este icono arquitectónico se ve desde el Paseo de Abando Ibarra, también conocido como Paseo de la Memoria, que ocupa los antiguos espacios de la actividad naviera de la ciudad.
En definitiva, Abando es mucho más que un barrio bilbaíno con historia. Es un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan, creando un ambiente único y vibrante que refleja el espíritu de Bilbao en toda su diversidad y vitalidad.