Una de las grandes novedades y sorpresas de esta cuarta edición del Gastrofestival Madrid 2013, es la oportunidad de visitar las cocinas del Palacio Real de Madrid. Este recorrido forma parte de las actividades guiadas organizadas por el Ayuntamiento de Madrid del 19 de enero al 3 de febrero. Desde el siglo XIX la cocina real permanece intacta, así como toda la documentación que permite reproducir cómo se cocinaba y quiénes eran los artífices de esos platos.

La ruta permite visitar las cocinas, así como el comedor real (o de gala) inaugurado por el Rey Alfonso XII en 1879. Con una capacidad máxima de 140 comensales, ha sido el protagonista de varios banquetes de Estado, por el que han desfilado presidentes, reyes y príncipes de todas las nacionalidades. Llaman la atención sus tapices flamencos del siglo XVI, tejidos con seda, lana e hilos de plata y oro.
La segunda parte de la visita nos lleva cinco plantas más abajo, donde se encuentran varias estancias dedicadas a la elaboración de los menús. Aunque la cocina se encontraba lejos del comedor, existía un montacargas y varios calientaplatos de bronce con escudos que posteriormente se adaptaron a la electricidad. Debido a esta lejanía, el Rey llego a afirmar que sólo comía caliente cuando viajaba, en Palacio sólo comía frío o tibio.
La primera sala está dedicada a la repostería en su totalidad, con pilas de piedra, un curioso exprimidor y una extensa colección de moldes para repostería elaborados en metal. De hecho, una de las principales preocupaciones de los médicos de Palacio era que estos estuvieran bien estañados y así evitar problemas de intoxicación.
Le sigue un office o sala de despiece donde tiene lugar la preparación de los alimentos. Presidida por una nevera de madera donde se guardaban barras de hielo y una serie de morteros de gran tamaño, se pueden encontrar otros objetos como pilas para lavar y escurrir las verduras, paelleras y distintos tamaños de fuentes.
Al final del pasillo se encuentra la cocina propiamente dicha, compuesta por dos fogones de hierro fundido y un asador de piezas enteras. Las ventanas y los accesos a la cocina dan directamente a la Plaza de Oriente, lo que facilitaba la entrada de mercancías directamente, sin tener que atravesar otras estancias de Palacio.
Estas cocinas cuando estaban en pleno rendimiento podían llegar a tener una plantilla de más de 100 trabajadores. Cada vez se usan menos porque los platos ya suelen llegar preparados, y porque supone un mecanismo poco práctico y muy costoso.
La última vez que se utilizó la cocina real fue en el 2004, en la boda de los Príncipes de Asturias. Aunque la mayoría de los platos venían cocinados, se montaron zonas para dar los últimos toques a los mismos y para la realización de los menús de las diversas personas de apoyo que asistieron a la misma.
Aunque de momento las plazas están cubiertas, para realizar la visita es necesario inscribirse previamente en el Centro de Turismo de la Casa de la Panadería. ¡Prueba suerte! Siempre hay alguna baja.