Desde que Coco Chanel creara su vestido negro corto de cóctel, en 1926, éste se ha hecho imprescindible en el guardarropa femenino. Una prenda que revolucionó los cánones de la vestimenta femenina. El “Little Black Dress” es ese vestido mitad sobrio mitad elegante que nunca pasa de moda y que puede servir para múltiples situaciones.
Dicen que Chanel se inspiró en el uniforme de las monjas (se crió en un orfanato) para crear su little black dress y que se reafirmó en dar un giro radical a la moda cuando vio, en el estreno de una ópera, el colorido de los vestidos de las mujeres que asistían. Por ello decidió abanderar los tonos neutros (beige, negro…) y las líneas simples, rectas. Sin duda, una adelantada a su tiempo y una visionaria de la moda futura. No obstante, ante tal revolución, fue acusada de intentar trasladar a la alta costura el estilo de la chica trabajadora  y de hacer un «lujo con apariencia de pobre».

El cine le ha hecho a esta prenda en varias ocasiones grandes homenajes. El LBD más famoso de la historia lo vistió Audrey Hepburn en la película “Desayuno con diamantes”, película que acaba de cumplir su 50º aniversario. Y es que, ¿quién no se acuerda de la escena más famosa, en la que Holly, vestida de Givenchy, desayuna un croissant viendo el escaparate de Tiffany’s?
Hacer un recorrido por las formas que ha ido adquiriendo desde esa fecha resulta realmente interesante y eso es lo que se proponen hacer en el centro comercial Moda Shopping con su Feria Vintage y la exposición sobre el LBD que organiza el modisto Lorenzo Caprile. Un total de 50 expositores especializado en piezas de otras épocas homenajeran a una prenda simbólica de la moda, que se celebra del 29 de noviembre al 2 de diciembre.
Además, Caprile diseñará por tercer año consecutivo una camiseta exclusiva que comercializará la firma Trucco en unidades limitadas y con fines solidarios, y que estará inspirada en la temática de esta edición, el LBD.
La intención de todos los participantes es recaudar la mayor cantidad posible con la venta de este diseño exclusivo para destinarla a la Fundación Curarte, organización sin ánimo de lucro que dedica todos sus recursos a mejorar la calidad de vida de los niños hospitalizados, humanizando los entornos sanitarios con la promoción del juego, la creatividad y el arte.