Desde Revista HSM en colaboración con el Teatro Bo·Devil (General Orgaz, 17), sorteamos dos entradas dobles para que vayas con quien tú quieras a ver una función muy especial: La cena de los malditos. 
Esta función pretende romper muchos de los límites de las propuestas de ocio y cultura que hemos conocido hasta el momento o ver hasta dónde pueden llegar algunas que ya conocemos. Ni las disciplinas, donde se mezcla teatro, musical, acrobacias y cabaret; ni la distancia con espectador, quien forma parte del espectáculo casi desde el comienzo, permiten que lo previsible y predeterminado forme parte de la esencia de esta obra.
De cena no solo tiene el nombre: el espectáculo también es una cena completa con la que agasajar paladares. Pensada como complemento perfecto a la obra, qué duda cabe que la experiencia en su conjunto es un hito en Madrid. La entrada doble incluye espectáculo con cena. 
¿Qué tienes que hacer para participar? Es muy sencillo:
1. Seguirnos en nuestras redes sociales: Facebook y Twitter.
2. Mandar un mail a m.ares@revistahsm.com incluyendo tu NOMBRE y DNI, y contestando a la siguiente pregunta:

¿Con qué personaje maldito te irías a cenar? 

Las dos respuestas más originales serán las ganadoras. ¡Tenéis una semana para participar! 

cartelTEATRO BODEVIL
Los malditos son los proscritos, los hijos de los suburbios del París del siglo XVIII y del Nueva York del siglo XIX. En el vaudeville lo grotesco y la belleza, los bajos fondos y las altas cunas, se mezclaban y divertían juntos; era una explosión de erotismo y desenfreno, un lugar donde lo diferente y extraño se valoraba y respetaba. El siglo XX trajo el brillo de los flashes y convirtió la fama y las fiestas solo en sinónimo de glamour, desterrando a estos personajes tan singulares como sensuales a las sombras de la sociedad y la cultura.
La cena de los Malditos, como cualquier gran ágape que se precie, cuenta con una maestra de ceremonias de excepción, Madame Dissolue, quien, tras años de ostracismo, decide convertir Teatro BoDevil en un lugar único en el mundo. Decimos que es un teatro, aunque realidad es mucho más: es un refugio, un hogar, un sitio donde el tiempo se ha detenido bajo la influencia de esta mujer de aspecto señorial, visiblemente de otra época, contundente en sus formas, fumadora empedernida, provocadora por naturaleza… “Les estábamos esperando, ¡ya pensábamos que no vendrían!”, espeta a sus comensales Madame Dissolue nada más llegar al teatro. Interpretado Beatriz Ros, cuya formación como actriz y cantante en las mejores escuelas del país y cuya participación en los principales musicales y series televisivas, con años de trayectoria, la convierten en la imagen perfecta de la nueva Louise Weber o Jane Avril. Ella será quien, a lo largo de una hora y media guíe al espectador, al comensal, por un universo que creíamos olvidado plagado de personajes insólitos que ella misma ha sacado de las sombras para volver a proyectarlos con más fuerza si cabe en el presente. En una de las canciones que interpreta, queda claro su ideario:
chicaTEATRO BODEVIL
Junto a ella se ha mantenido durante años, tal vez siglos, su fiel compañero y lacayo (aunque a veces se revele). Mundano y carnal, a veces brusco y hasta zafio, pero lleno de esos rasgos que hacen al hombre humano y no divino, Notario es la reencarnación de Charles Sherwood Stratton, conocido en el vodevil americano como “General Tom Thumb”. Interpretado por Adam Jezierski, como Madame Dissolue, es transversal, recorriendo la obra de principio a fin, dando paso a los diferentes números y, sobre todo, rompiendo todos los márgenes de lo previsible y políticamente correcto. “Madre mía, ¡esta carne está de muerta!”, brama en una de sus intervenciones mientras devora con las manos un plato de carne cruda y la sangre le chorrea por los dedos y la comisura de los labios. Todo tiene un sentido, y es poner en jaque muchos de los hábitos del presente.
chicoTEATRO BODEVIL
Entrelazados con esta historia, bajo la dirección de Marta Gutiérrez (responsable también del libreto y de las coordinación acrobática del espectáculo) y la producción de Víctor Fernández, se van dando cita, no de forma casual pero sí inesperada, personajes salidos del mundo del circo. Un grupo de cuatro intrépidos y arriesgados acróbatas sobrevuelan las cabezas de los comensales llamados por quien ha sido su mejor valedora, Madame Dissolue. Incluso no es difícil reconocer por los amantes del vodevil a las hermanas siamesas Daisy y Violet Hilton, personajes míticos del Nueva York de mediados del siglo XIX, quienes encaramadas solían combinar su descaro y desinhibición con sorprendentes números de trapecio.
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 ¡Mucha suerte a todos los participantes!

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