Desde hace más de 170 años, La Pajarita ha marcado un antes y un después en la confitería madrileña. Fundada en 1852, esta bombonería, la más antigua de la capital, se ha ganado un lugar especial entre los amantes de los dulces tradicionales. Ubicada en el corazón del barrio de Salamanca, en la Calle Villanueva, 14, La Pajarita mantiene intacto su compromiso con la calidad y la tradición, ofreciendo una amplia variedad de dulces y bombones que siguen cautivando a generaciones de madrileños y visitantes.
Un lugar con historia
La historia de La Pajarita comenzó en el Madrid del siglo XIX cuando Vicente Hijós y su esposa, Lorenza Aznárez, fundaron la confitería, que rápidamente se hizo popular. Años después, en 1927, el negocio pasó a manos de su sobrino nieto Lorenzo Aznárez, quien lo continuó con esmero, y posteriormente a su hijo, Lorenzo Arnárez Sola, quien lo recibió como un regalo de bodas en 1954. En la actualidad, bajo la dirección de Rocío Aznárez y su marido Carlos Lemus, ambos descendientes directos de los fundadores, La Pajarita se mantiene fiel a su esencia y combina tradición e innovación en sus productos.
«Este negocio representa la identidad de Madrid; es algo que no podíamos dejar que se perdiera», comenta Rocío con orgullo. La familia continúa el legado que ha pasado de generación en generación, preservando la calidad artesanal y manteniendo el cariño por el oficio.
Caramelos, bombones, chocolates…
La oferta de La Pajarita destaca por su variedad de caramelos, bombones y chocolates, y recientemente ha incorporado turrones a su catálogo. Cada producto es un homenaje a la historia y a las raíces madrileñas, evocando recuerdos y creando nuevos, ideal para compartir con familiares y amigos. Entre sus productos más emblemáticos, se encuentran los caramelos de violeta, elaborados con esencias naturales y envueltos en una presentación inconfundible. Este dulce se ha convertido en un auténtico símbolo de Madrid, un detalle perfecto para regalar que encapsula la esencia de la ciudad.
Con la llegada de las festividades, La Pajarita lanza su línea de turrones, que se posiciona como el dulce ideal para las reuniones navideñas, sumando un toque tradicional a cada encuentro.
La tienda principal en el barrio de Salamanca se ha vuelto un rincón icónico, con una decoración que transporta a los visitantes a otra época, ofreciendo una experiencia única y personalizada. Además, La Pajarita extiende su presencia en Las Rozas Village y en Galería Canalejas, acercando sus productos a más clientes. Este rincón emblemático de Madrid se ha convertido en un lugar donde el pasado y el presente se encuentran, ofreciendo una experiencia auténtica de sabor y tradición artesanal.