Se acercan fechas navideñas y siempre andamos pensando en qué regalar. Si la persona a la que te toca regalar es foodie, ¿qué mejor que pensar en un regalo gastronómico? Y no uno cualquiera, sino uno que es un verdadero tesoro, la nueva añada 2020 de Arturo Sánchez, un jamón que respira naturaleza y tradición.

Al igual que los impresionistas pintaban al aire libre para capturar la luz y el paisaje en su estado más puro, el jamón ibérico de doble montanera de Arturo Sánchez refleja la esencia más auténtica de la naturaleza. Este proceso de crianza y curación, que depende en gran medida de los cambios sutiles del clima, da lugar a un producto que no solo se adapta a su entorno, sino que lo integra en su ser. La nueva añada 2020, que abarca más de 5.000 cerdos ibéricos nacidos en 2018 en las dehesas de la Sierra Norte de Sevilla y el sur de Extremadura, es un claro ejemplo de cómo la naturaleza, la tierra y la tradición se entrelazan para ofrecer una experiencia sensorial única.

Durante la segunda montanera, entre 2019 y 2020, los cerdos disfrutaron de una temporada excepcional. Las lluvias generosas y las suaves temperaturas de la Sierra Norte de Sevilla, desde finales de octubre, fueron el caldo de cultivo perfecto para una cosecha abundante y de calidad incomparable de bellotas, que conformaron la dieta de los animales. Arturo Sánchez Gómez, CEO de la empresa, describe este periodo como un «auténtico regalo de la naturaleza», destacando cómo el equilibrio entre la bellota de encina y alcornoque brindó a los cerdos una alimentación rica y pura, lo que resultó en una carne de extraordinaria calidad.

«La combinación perfecta de bellota y clima resultó en un jamón sublime», asegura Arturo. El clima continuó favoreciendo el desarrollo de la bellota durante enero y febrero, con días de cielo despejado y temperaturas suaves, lo que preservó la frescura y calidad del fruto. Así, los cerdos se alimentaron con lo mejor que la dehesa puede ofrecer, logrando una carne rica en matices y texturas.

El proceso de curación en Guijuelo es otro de los secretos de la excelencia de este jamón. Tras ser colgadas manualmente, las piezas se dejaron madurar en los secaderos naturales, donde el aire frío y seco de la Sierra de Gredos hace su magia. Arturo Sánchez y su equipo controlan el proceso a diario, abriendo y cerrando las ventanas de los secaderos para regular la temperatura y permitir que los vientos favorezcan la curación uniforme. Cada pieza es observada con el máximo cuidado, y cuando es necesario, se traslada a otra bodega para continuar su evolución en las condiciones ideales para cada época del año.

Este cuidado minucioso en cada etapa del proceso se traduce en un jamón ibérico excepcional. Su textura firme y la uniformidad de la grasa, junto a sus tonos rojizos, son indicios de su gran calidad. En nariz, el equilibrio entre los aromas es exquisito, y en boca, el sabor ofrece un ataque ligeramente dulce, seguido de un amargor delicado y persistente, que deja una sensación única.

La nueva añada 2020 de Arturo Sánchez es, sin duda, la culminación de un proceso artesanal que respeta los ciclos naturales de la tierra y la dedicación al detalle. Un jamón 100% ibérico de doble montanera, que responde a los caprichos del clima y se desarrolla en armonía con su entorno, es el reflejo perfecto de la unión entre naturaleza y tradición artesanal.

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