Posiblemente cuando piensas en un tratamiento termal lo que te viene a la mente es depurarte, hacer una pausa y concentrarte en estar bien tú, lejos de todo y de todos. Eliminar toxinas, hidratar tu piel, desnudarte del estrés cotidiano, de las preocupaciones, aunque solo sea por unas horas y sentirte como nueva o nuevo después, esa es la idea. De vez en cuando viene de maravilla, a veces incluso es necesario. Si no puedes irte a unas termas o no te puedes conceder un fin de semana en un balneario, no te preocupes, puedes crear tu propia experiencia spa en casa. ¿Quién dijo que no? En realidad no necesitarás muchos productos, y con este código descuento Druni te harás con ellos por mucho menos.
La diferencia de temperatura del agua es una de las técnicas más efectivas para lograr relajarnos. Los antiguos lo sabían; de hecho, spa no es un término inglés creado en un hotel de lujo de Malibú; es la abreviatura de salus per aquam, “salud por medio del agua” que los romanos aplicaban en sus termas. Sí, el agua es esencial en un spa. Para gozar de una jornada termal de spa en casa, sigue estos pasos:
1. Ambientación
Es muy importante crear una atmósfera que te relaje y que te invite a dejar la mente a un lado. Acompañar el tratamiento con una experiencia de aromaterapia te ayudará a relajarte. Para ello, enciende una vela aromática o un aceite esencial que te ayudará a desconectar. Deja que el aroma invada el baño antes de tu tratamiento spa casero. Si lo prefieres, puedes utilizar inciensos. Y si puedes poner música relajante de fondo, habrás creado un ambiente ideal para tus termas caseras.
2. Preparación de tu piel
Es muy importante que antes del baño hagas un masaje exfoliante, para eliminar las células muertas y activar la circulación. Utiliza un gel peeling; también puedes ayudarte de un cepillo exfoliante para preparar mejor tu piel. No olvides exfoliar también la piel de tu rostro; aunque no dispongas del tiempo para hacer un tratamiento en profundidad, limpiar bien toda tu piel es esencial para que te sientas completamente renovado. Puedes utilizar un exfoliante facial adecuado para tu tipo de piel o limpiarte con agua micelar.
3. Baño o ducha termal
Para realizar un baño de inmersión necesitarás llenar la bañera a una temperatura entre los 28ºC y 37ºC y dos kilos de sal marina. Al sumergirte en la bañera por un espacio de media hora, se producirá la ósmosis, el agua entrará en tu cuerpo y la piel soltará las sustancias nocivas. Te depurarás en profundidad y te ayudará a renovarte. Puedes hacerlo una vez por semana. Si no quieres usar sal marina, utiliza las bombas de baño, que además de contener bicarbonato tienen aromas, como de coco, limón, rosas, jazmín, lavanda… escoge el aroma que te haga sentir mejor.
Si no tienes bañera, puedes hacer baños de inmersión podal. Sumerge tus pies en un barreño con agua caliente y sal o bicarbonato durante 15 minutos. Te sentirás mucho mejor.
Otra opción es darte una ducha en la que vayas alternando la temperatura del agua, de templada a caliente y luego fría, al menos un par de veces. Tu cuerpo se relajará.
4. Hidratación posterior
Cuando salgas de la bañera o de la ducha, hazlo con calma, es importante hacerlo despacio. Envuélvete en una toalla limpia y fresca, con mimo, con calma. Siéntate en una banqueta durante unos minutos y siente el relax después del baño termal. Para finalizar, rocía tu cuerpo con una loción hidratante, ya sea aceite, loción o crema.
Estos baños tan sencillos te ayudarán a reducir el estrés, mejorar la circulación, aliviar dolores musculares, facilitar la respiración, e incrementar tu rendimiento físico. Pero para que realmente sean efectivos tu actitud es esencial. Relájate, en serio. No estés dándole vueltas a la cabeza en el momento de disfrutar de tu SPA. Convéncete de que ese momento es para ti y de que es importante que todo tu organismo se libere de toxinas y de tensiones. Porque realmente lo es.