Ya ha pasado un año desde que la alta cocina informal de Paco Morales se instalara en el Hotel De las Letras y naciera Al Trapo (Caballero de Gracia, 11), un concepto que ha ganado muchos adeptos en la capital. Para celebrar este primer aniversario, los fieles del restaurante podrán disfrutar el próximo 13 de noviembre de una cena única en la que probar juntos siete de los platos que en este año se han consolidado como clásicos de Al Trapo, el restaurante asesorado por el chef cordobés en Madrid.
El atractivo y otoñal menú del que se ofrecerá solo la noche del 13 de noviembre, resume a la perfección la esencia de Al Trapo, con los platos más representativos de su carta durante este año. Con un precio cerrado de 50€ estará compuesto por: “Croissant de Centolla con mahonesa de kimchi”, “Bollo preñao de morcilla con huevo de codorniz”, “A modo de ensalada, mozzarella ahumada y verduras del momento aliñadas con achiote”, “Tartar de solomillo de ternera aliñado con helado de mostaza y salsa de pimienta negra”, “Pez espada con fondo marino, mahonesa de azafrán y fideos negros al ajillo”, “Pichón asado con pasta udon, setas y salsa de ostras” y “Leche de soja con jengibre, untuoso de limón, toffee y chocolate blanco” y «Árbol de la felicidad». Este menú estará acompañado por una selección de vinos de Dehesa de los canónigos (D.O Ribera de Duero) –Quinta Generación y Dehesa crianza-; Mas Oller (D.O. Empordá) –Mas Oller Mar Blanco-; y Mont-Marçal -Cava Extremarium brut-, incluida en el precio.
Durante su primer año, la cocina de Al Trapo ha ido evolucionando y consolidándose con varios cambios de carta atendiendo a la temporalidad de los productos, pero bajo el prisma siempre de la “alta cocina informal”. Este es el concepto que Paco Morales quiso aplicar en el restaurante, con el que presenta platos elaborados con el rigor técnico de la alta cocina conjugado con una puesta en escena libre de prejuicios, acorde al estilo del local, y todo ello a precios razonables. Todos los platos han sido diseñados por Morales y son ejecutados por un consolidado equipo de cocina encabezado por Rafael Cordón, chef de Al Trapo.
El formato de la carta no ha cambiado, manteniendo una estética seductora y simpática dividida «sensaciones o por estaciones», lo que da total libertad al comensal a la hora de componer su menú, combinando o compartiendo platos, formas de comer y sabores a través de los ocho apartados que la componen: «Para comer con la mano y chuparse los dedos»; «Suaves y elegantes», «Pícaros y picantes», «Mar de meseta», «De aquí al lado, de la esquina»; «Tan lejos, tan cerca”; «Quesos de aquí y de allá» y «Dulces, pequeños delitos «.
Cada uno de estos apartados cuenta con diferentes y suculentas propuestas entre las que, actualmente, se encuentran algunos clásicos de la carta como sus “Aireados de tortilla española con pimiento verde y anchoa”, la “Pluma de cerdo ibérico macerada con fondo untuoso de jamón ibérico, guindilla y pack-choi”; “Tartar de solomillo de ternera aliñado con helado de mostaza y salsa de pimienta negra” o el “Brioche La France con papada, cacahuetes y teriyaki”; pero también algunas de las últimas incorporaciones de esta temporada, como “Mejillones con salsa bearnesa”, “Cocochas de bacalao con patatas en salsa verde”, “Crema de lentejas estofadas con canela, ñoquis de queso y nieve de foie” o “Limón estrujado, almendras dulces y cacao”.
Cada detalle en Al trapo se pensó para seducir y atrapar al comensal, para que disfrute de una experiencia divertida, simpática y única en la que se funden el cuidado espacio, la cercanía y buen hacer del personal, la propuesta de alta cocina informal y también la carta de vinos.
El espacio de Al Trapo fue redefinido por el estudio Corada Figueras, quienes con una nueva puesta en escena consiguieron reproducir con exactitud el objetivo de Paco Morales respecto al ambiente, con una estética algo canalla y elegante. En cocina también se incorporaron novedades en los espacios, como la cocina a la vista para poder ofrecer «show cooking» de parte de la carta, o el «cuarto oscuro», un espacio más técnico reservado para elaboraciones más complejas sin necesidad de calor, más cerca de la sala para que sea inmediato el hacer el plato y su terminación
El Hotel De las Letras expresa con su nombre un homenaje al mundo de la literatura, las palabras, las letras y los pictogramas como elementos primigenios en la composición del lenguaje escrito. Inaugurado en 2005, el hotel se levanta sobre un edificio catalogado como patrimonio histórico de Madrid, construido en 1917 como residencia del Conde de Artaza, y remodelado según proyecto del estudio Corada Figueras. Con una ubicación excepcional en el corazón de la ciudad, el hotel cuenta con 80 habitaciones estándar, 15 superiores, 7 superiores con terraza, 6 Deluxe con terraza y jacuzzi y 1 Suite duplex dotadas con las máximas comodidades y cuidadas hasta el mínimo detalle. Dispone de Bocablo lounge-bar, biblioteca, salas para reuniones y banquetes, el Ático de las Letras y gimnasio.
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